¿Cómo podemos empezar a revalorar lo que nos rodea?
Piensa en las cosas que estás echando de menos en este confinamiento. ¿Estás echando de menos a una persona en especial? ¿Echas de menos a tus amigos? ¿Echas de menos la naturaleza, el deporte, la gente y el barrio o el pueblo?
Reflexiona un momento sobre las cosas que estás echando de menos en estos momentos, quizás te des cuenta de que no les habías prestado toda la atención que merecen. Es posible que estar confinado, detenido, parado, te esté dando la oportunidad de darte cuenta de en qué empleas tu tiempo habitualmente, del vacío que encuentras cuando no puedes seguir corriendo tras tus deseos. Es posible que durante este confinamiento te hayas encontrado con alguien al que casi no conocías porque estaba siempre enredado en pequeños asuntos hasta en sus horas de descanso, ese “alguien” eres tú.
- ¿Has contactado contigo mismo aunque sea a la fuerza?
- ¿No te ha gustado lo que has visto?
- ¿Te encontraste con alguien enfadado, triste, ansioso o con miedo?
- ¿Te miraste y viste que eres más sensible de lo que creías?
- ¿Te diste cuenta de que dependes más de los demás de lo que pensabas?
Quizás después de estas reflexiones puedas valorar mejor esas nuevas percepciones que se están haciendo presentes durante este confinamiento.
¿Es importante que en la vuelta a la nueva normalidad sepamos como dedicarnos tiempo?
Cada uno de nosotros está experimentando las sensaciones que le provoca este nuevo estado de quietud, a algunos les provoca ansiedad e insomnio, a otros depresión, a otros alivio de poder parar la vida de estrés que llevaban, descanso, paz, relajación, oportunidad de pensar con calma.
Los psicólogos a veces tenemos tendencia a transmitir mensajes generales que sirvan para todos, a decir lo que hay que hacer en tal caso o en otro, por eso para responder a la pregunta “¿Es importante que en la vuelta a la nueva normalidad sepamos como dedicarnos tiempo?” Respondo que cada uno debe hallar su respuesta, habrá gente que descubra que al revés, que lo que tiene que hacer es dedicarle más tiempo a los demás, otros en cambio si, se darán cuenta de que están muy volcados al trabajo y a la actividad quizás huyendo de sí mismos y ahora se hayan dado cuenta que estar un poco solos es bueno para ellos.
Esta situación es nueva para todos, nunca la habríamos vivido de no ser por la aparición de este virus tan contagioso, nos ha puesto en un lugar difícil y lleno de incertidumbre, pero está claro que también es un lugar lleno de oportunidades para descubrir cosas que, de otra manera, no hubiéramos podido descubrir. Insisto lo aprendido no es lo mismo para todos, cada uno ha de recoger el mensaje que le deja esta experiencia.
¿Cómo podemos empezar a hacerlo?
Para responder me sacaré de la chistera de psicólogos una de esas respuestas que valen para todo:
- Darse cuenta de lo que necesitas (decía antes que no todos necesitarán dedicarse más tiempo a ellos mismos).
- Hacer una reflexión de cuáles son las posibilidades de realizarlo.
- Escoger una de las posibilidades (la que mejor haya valorado en su anterior reflexión).
- Poner en marcha eso que se ha escogido para llevar a cabo nuestra nueva necesidad, si no funciona ver qué ha fallado y escoger la siguiente posibilidad.
- Si funciona y nuestra vida mejora entonces celebrarlo para cerrar este proceso y seguir evolucionando como ser humano a partir de nuestras experiencias.
¿Cómo puedo demostrar a mis seres queridos lo mucho que me importan?
La respuesta va dirigida a esas personas que sienten y les cuesta expresar lo que sienten, pero también a esas que creen que hay que expresar constantemente. Hay palabras y hay acciones. Lo que en el refranero dice: “hechos son amores…. Y no buenas razones”.
Los hechos primero, son necesarios y, en muchos casos, suficientes. El afecto en forma de presencia no solo física, de estar presente con actitud de prestar atención al otro es lo primero y más importante.
Las palabras, las expresiones, segundo, nunca son suficientes y no siempre son necesarias, pero completan a los hechos.
Regla general: Hazte la siguiente pregunta: “¿Cómo me gustaría que me demostrara a mí que le importo?”